lunes, 9 de mayo de 2011

4 8 15 16 23 CUARENTA Y DOS

Fiesta. Multitud. Sábado a la noche. Me encuentro con mis amigas. Me encuentro con una sorpresa: una de ellas trajo un amigo que yo no conocía. Me presento, sonrío, me hago la linda.

Y pienso:

Mierda, cómo le doy a este rubio petiso... Rubio... Petiso.... barbita.... me suena.

Pasa un rato y nos quedamos charlando solos. Y pienso:

Rubio... petiso... barbita.... pinta de skater... habla de sus viajes.... fuma.... se saca el pelo de la cara...

De repente, se ríe. Y lo vi. Lo vi tan claro... el hijo de puta era igual a este pibe antes de su apocalipsis. Igualito. Él seguía hablando de Berlín, del frío, del comunismo... y yo pensaba:

Me quedan 42 días en este país. Tengo 42 días para darle una oportunidad más al petiso, por los buenos tiempos.

Y por lo bueno que está, porque volví a las 5 am de la fiesta y lo stalkeé por facebook. He's back. Ñami.

8 comentarios:

  1. este es el que se llevó la milanga sobrada al auto???
    no da candela...no da.
    petiso y con remera apretada?? No me parece.

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  2. jajajaj noooo!!! nada de milanga sobrada!!! este es el skater que se hace el hippie y vive en barrio norte, el amigo del bombero canadiense. Según lo que vi, se compró remeras acorde a su tamaño. Lo juro.

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  3. me senti identificado hasta rubio petiso. y algunas veces, barbita tmb

    q duro. suerte!

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  4. gran autoestima, jonás. si te sentiste identificado hasta rubio petiso, entonces te viste representado en el "mierda, cómo le doy a este rubio petiso". estás pisteando como un campeón.

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  5. voy a mandar una nota a clarín contando que acá no hay libertad de expresión

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  6. yo iba a hacer lo mismo, diciendo que me editan mi propio blog... yo no borré tu comentario, querido agustín.

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  7. jajajajaja genio
    no se por que leo esto 20 dias despues pero bue

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