sábado, 19 de marzo de 2011

te doy hasta que el tercer cerdito se le caiga la casa...

Mi vecino nunca sale a su balcón. Sea un día soleado o se esté lloviendo la vida, nunca asoma la nariz. Con mi hermana lo hemos investigado y pensamos que no es un vecino, sino que son dos vecinos, pero siempre salen de a uno o directamente nunca salen. Sea uno o sean dos: están para darles, hemos llegado a ese acuerdo. No somos unas stalkers delirantes, sino que su balconcito en el sugundo piso prácticamente se mete en el costado de mi terraza. Oh, qué linda la privacidad de la ciudad!!

Como decía, mi(s) vecino(s) nunca sale(n) a su balcón.

Hasta hoy.

Hoy, cuando yo salí a ver qué onda el día, en pijama y con pantuflas de cochinito. Él salió a hablar por teléfono. Y yo salí a avergonzarme.

¡¡Cochinitos, por dios santo!!

miércoles, 16 de marzo de 2011

hoy pude, pero mejor mañana doy parte de enferma...

Tengo una meta laboral muy concreta que creo que todos deberían proponerse (o al menos todos los que tengan laburos mediocres, mal pagos y jefas detestables): lograr que mi jefa no me dirija la palabra en todo el día. Si puedo llegar a que ni siquiera establezcamos contacto visual, mejor.

De lo contrario, me encontrarán culpable de homicidio, sooner or later.

martes, 15 de marzo de 2011

...y si se quedó sin crédito?? ...

Lo pienso dos minutos y sí, mi vida mejoraría en un 76.5% si no tuviese celular.

Me llega el siguiente mensaje:

"Da para darse?"

Sí, la verdad que da, o sea, lo pienso y sí, da. Ok, da. Afirmativo.

Entonces, respondo:

"obvio. cuándo?"

Y qué obtuve como respuesta? algún lector (que, evidentemente, no leyó el título de este blog) está pensando en una fecha concreta, la invitación a una cita, un "te paso a buscar ya mismo"??? sí es así, es mi obligación decirles, (a ustedes, leyentes distraídos) que son unos malditos soñadores, fantaseosos de mierda, miradores de novelas, adictos a los sugus de frutilla, potencialmente fracasados, ilusos, marionetas del sistema. Y que los odio a todos. Y que, OBVIO, no obtuve respuesta alguna.

Una vez más he caído en las redes de la histeria y me he enredado para siempre, hasta ahorcarme y morir en histerismo adolescente.

sábado, 5 de marzo de 2011

de como NO sirvo para esto...

Interior - sala de break de un mediocre call center - mañana bien temprano

Ella está leyendo el diario que tiene apoyado sobre una de las cuatro mesas redondas que están dispuestas en la sala. No le presta demasiada atención, sino que ojea un poco cada página mientras agarra el mate que le pasa su amiga. Tras las ventanas de la sala, que ocupan toda una pared, el sol de la mañana se asoma atrás de los mugrosos y grises edificios de microcentro. Dentro de la sala, el sonido de la TV sintonizada en TN es lo único que se escucha. De repente, la sala se ilumina por completo, un rayo de luz celestial inunda el lugar. Pero, misteriosamente, el rayo divino no proviene de las ventanas, sino del lado opuesto de la sala: por la puerta que da a un pasillo alfombrado y de paredes blancas, entra ÉL. Él es alto, medio rubio, con barbita. Bermudas y remerita a rallas, zapatillas. El rayo de luz la deja ciega. Cuando la vista regresa a sus ojos sólo puede verlo a él. Y el mate se le enfría en la mano. Él se acerca a la mesa y le habla. Y ella mueve la cabeza como sacudiéndose el aturdimiento. Él le pide el diario, si es que ya terminó de leer. Ella se había olvidado del resto del mundo, pero alcanza a reaccionar y se lo da. Y él lo agarra y por un momento sus manos se rozan y ahora no es sólo luz lo que invade la sala sino un calor intenso, que va a parar todo a las mejillas de ella. Y, finalmente, el diario queda en las manos de él y él se va de la sala. Y con él se va el sol.

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Hace un par de semanas me enamoré de un chico en el trabajo. Pero, PERDIDAMENTE. Esto no tiene nada que ver con sexo, (el tema de la falta del mismo ya fue solucionado, con resultados favorables). Acá hablamos de A.M.O.R. Yo me quiero casar con este pibe. Me quiero casar y comprarme una casa y tener una hipotéca y mellizos.

Hasta ahora lo único que logré fu cruzármelo en los pasillos y en el break. Lo stalkeé un poco y averigüé a qué hora almuerza, y almuerzo a la misma hora. Un par de veces lo saludé y me respondió.

Hoy me lo crucé y justo estornudó. Le dije salud.

Listo, la próxima garchamos.