sábado, 21 de noviembre de 2009

E insistía en que era un deporte olímpico.

Ayer con Coty fuimos a ver a Lisandro Aristimuño al ND Ateneo. Impresionante. Sublime. Increíble. Si bien nos quedamos un poco manija (se me pegó esta expresión horrible y no me la puedo sacar.... es que me parece de lo más gráfica!) con un par de temas que no llegó a tocar, la pasamos bárbaro y salimos enamoradas. Era obvio. O sea, yo ya me quería casar con Lisandro desde que lo escuché cantando en mi Ipod por primera vez, verlo en vivo fue sólo la confirmación.

El tema es que la larga caminata hasta encontrar el 111 para poder volver al mundo nos hizo reflexionar. Llegamos a la conclusión de que nuestro próximo novio (en mi caso, será mi marido) tiene que tener lo que denominamos un "talentito". Y en qué consiste esto?. Es así: no queremos un rockstar legendario, un frontman (qué rolling stone me sentí por un momento) que haga delirar a las multitudes, una bestia de la canción. No pedimos un Cerati, ni mucho menos. Exigimos alguien que sea capaz de poder ejecutar una canción en una guitarra, pegar dos acordes. Bah, yo digo guitarra, Coty dice piano (me parece un poco más exquisito y a la vez implica contar con un espacio de tamaño adecuado para poder meter semejante instrumento, etc etc) y las dos coincidimos en la armónica. C'mon, no te estamos pidiendo la novena sinfonía ni que sepas tocar el trombón. Por algo hablamos de "talentito".

La imagen mental sería la siguiente: es de mañana (puede ser un sábado, un domingo o un feriado), el sol entra cálido por la ventana que a su vez está un poco abierta. Un vientito suave hace mover las cortinas. Nuestro joven en cuestión lleva a cabo su mini talento: toca la guitarra sentado en el borde de la cama, está en patas. E hizo el desayuno y nos lo trajo. Automáticamente, se acaba de transformar en Dios. Lo escuchamos atentamente mientras mordemos una tostada que no está negra. Él sonríe y nos dedica un tema.

Nos bajamos del 111 y fuimos a un bar con Viki. Conocimos a unos flacos que nos invitaron clericó (?). Ninguno tocaba nada, pero uno jugaba al bridge...no es lo mismo, no?

6 comentarios:

  1. Obvio que tomas pensamos que el hecho de que toques algo aumenta las chances de tocarme a mí. pero ojo! que el toque de canción de fogón todos los domingos puede ser molesto.
    Yo pediría un buen "Talento" con todas las letras.
    Un amplio repertorio.
    pd: sé que lo imaginaste cantando "sale el sol.. "

    Loli

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  2. Que juegue al bridge implica, las más de las veces, que diga cho en vez de Yo, colorado en lugar de rojo, traje de baño en lugar de malla y que cada dos oraciones alterne con palabras como tipo, nada, mal...
    hevy.

    Lucrecia.

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  3. El talentito es fundamental a la hora de la conquista. Solo a esa hora.
    Ya cuando hay que vivir todos los Domingos, sabemos que sea talentito, talento, o talentón, satura. Es Domingo man, cogeme y callate. Nada de talentos un Domingo.

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  4. Lisandro no necesita ningum pre, me calienta solo por el hecho de saber todo lo que podria tocar.
    tocar su guitarra - tocarme a mi - tocar su guitarra - toc...

    (sacrifico 5 cm por un talentito)

    coty, obvio

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  5. "sacrifico 5 cm por un talentito" me olvidé que habíamos tenido esta idea tan patética y genial a la vez...

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  6. decir que el bridge es un deporte olímpico es como hacer tu tesis de doctorado sobre la relación de matías alé y graciela alfano.

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