lunes, 30 de noviembre de 2009

Y fue sólo para justificar los 17.90

Hace más de cinco meses, cuando comenzó mi etapa solteril, tuve una idea brillante y por demás alentadora. Mi perturbada cabecita estaba convencida de que el sexo se había terminado para siempre. La perspectiva era una vida casta, pura y de un desmejoramiento progresivo del cutis. Eso me alarmó bastante, no podía soportar la idea de tener cara de choclo. Casta sí. Frígida, puede ser… pero “granosa”…JAMÁS!!!!

Ahí fue cuando me iluminé y me compré una máscara facial a base de pepino (!). Un menjunge celestial que por 17,90$ haría por mí lo que ya no haría ningún hombre: ocuparse de que yo tenga la piel suave y tersa. Entonces, decía, me compré la puta crema como confirmación de que estaba completa, total, absoluta y eternamente fregada.

La usé una sola vez.

4 comentarios:

  1. Felicitaciones Cande!!!
    orgullosa de vos,

    Coty
    PD: mi piel ha tenido momentos mejores... si tenés ganas de decirme la marca de la crema...

    ResponderEliminar
  2. tengo algo excelente para contar, relacionado con el post anterior...pero voy a quedar muy mal con la persona del relato si lo llega a leer. es algo ideal y no lo puedo contar en público. me carcome.


    el detalle del nombre con mayúscula le da mayor proyección al blog.

    ResponderEliminar
  3. mi vida corre peligro si lo digo por acá, es un tema delicado.
    agregame y te cuento, o a vos te va a carcomer la duda y a mí las ganas de compartirlo.

    ResponderEliminar
  4. agus, buscate mejor excusa para confesarle a cande tu amor

    ResponderEliminar